
Desenmascarando la depresión
Conozco muy bien la depresión. La sufrí durante muchos años, y por eso quiero hablarte de algunas cosas que descubrí en ese tiempo.
La depresión se manifiesta como una voz en nuestra mente que suplanta nuestra propia voz y nos hace ver la vida totalmente gris, incluso en los días soleados. Nos bombardea con pensamientos negativos que nos acorralan y nos hacen creer que no valemos nada, que nuestra vida no tiene esperanza ni sentido. La depresión es un enemigo cuya misión es acabar con nosotros, pero no puede lograrlo si entendemos algunas verdades.
Por más que la depresión intente convencernos de que estamos solos en este mundo, la verdad es que no lo estamos. No lo estuvimos ayer, no lo estamos hoy y no lo estaremos mañana.
Piensa en este versículo:
“Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20)
Herramientas para salir de la depresión
1. Lee versículos de la Biblia
Durante uno de mis episodios de depresión, recordé que muchas veces había escuchado que la Palabra de Dios tiene poder. Entonces hice una lista de versículos y comencé a leerla de camino al trabajo. La verdad es que, al principio, no creía mucho en lo que leía (efecto de la depresión). Sin embargo, lo hice porque estaba desesperada y quería intentarlo. La leí en voz alta durante cinco días y, al quinto día, sentí un gran alivio. Fue como si alguien estuviera sujetando mis hombros con fuerza y, de repente, me soltara. En ese momento, por fin, la depresión me abandonó.
📖 Versículos clave:
“Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás, porque yo soy tu Dios y te pondré a salvo. Yo soy el Dios santo de Israel.” (Isaías 43:2-4, TLA)
“Porque solo un instante dura su enojo, pero su buena voluntad, toda una vida. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.” (Salmos 30:5)
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” (Isaías 41:10)
2. Escucha música de alabanza
Cuando estamos en periodos de depresión, el ambiente se vuelve tenso y pesado. He notado que esto cambia cuando ponemos música de alabanza. Aunque no creas que funciona, pruébalo. Verás la diferencia.
3. Duda de lo que estás pensando
No todo lo que pensamos es verdad. Para combatir la depresión, debemos aferrarnos a pensamientos verdaderos y a todo lo que es bueno.
Voy a compartirte mi experiencia. En una ocasión, trabajaba en una empresa donde me sentía menospreciada, y el ambiente era bastante hostil. Sin embargo, allí podía hablar con otras personas acerca de Dios, y eso era algo bueno para mí.
Recuerdo que una tarde, al salir de la oficina, escuché una voz en mi mente que decía: “Yo debería morirme.” Fue un pensamiento extraño, porque no tenía nada que ver con lo que estaba pensando en ese momento. Inmediatamente reconocí que ese pensamiento no venía de mí. Entonces enfrenté al enemigo y dije:
“Mira, Satanás, yo no voy a suicidarme. Si la vida en este mundo es difícil, no me importa, porque sé que un día esto se acabará y me encontraré con Dios. Y eso es lo que realmente quiero.”
Te cuento esto para demostrarte que no todos los pensamientos que tienes son reales. No todo lo que piensas proviene realmente de ti. Piensa en lo correcto.
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8) (RVR1960)
4. Aprende acerca de tu identidad en Dios
Uno de los factores que nos hace vulnerables a la depresión es no conocer nuestra identidad. Durante los primeros años de vida, y hasta la adultez, solemos darle demasiada importancia a lo que los demás piensan de nosotros. Las palabras hirientes y las etiquetas que nos ponen pueden convertirse, sin quererlo, en parte de nuestra identidad y herirnos profundamente.
Es fundamental conocer nuestra verdadera identidad. Solo Aquel que nos creó puede decirnos quiénes somos realmente.
📖 Versículos clave:
“Pero ustedes son miembros de la familia de Dios, son sacerdotes al servicio del Rey y son su pueblo. Dios mismo los sacó de la oscuridad del pecado y los hizo entrar en su luz maravillosa. Por eso, anuncien las maravillas que Dios ha hecho.” (1 Pedro 2:9)
“Porque eres precioso a mis ojos y digno de honra, yo te amo. A cambio de ti entregaré pueblos; a cambio de tu vida entregaré naciones.” (Isaías 43:4)
5. Busca servir a los demás
La depresión nos hace enfocarnos obsesivamente en nosotros mismos y en nuestras circunstancias. Puedo decirte con confianza que una gran parte de mi sanidad llegó cuando decidí servir en mi iglesia. Durante ocho años, formé parte de un grupo de servicio donde encontré personas que realmente me amaban. Juntos compartíamos luchas, dificultades y un profundo sentido de empatía.
Puedes servir en una iglesia, una fundación, una ONG, o donde Dios te guíe.
6. Busca sanar
Comencé a ver muchas prédicas en YouTube sobre sanidad, a leer libros y a buscar herramientas para sanar. También asistí a una iglesia y a encuentros de sanidad. En ese proceso, me di cuenta de que tenía heridas abiertas y necesitaba perdonar.
Para esto último, te recomiendo buscar un consejero en una iglesia y/o un psicólogo. La guía de un experto es clave para avanzar y sanar.
7. Toma decisiones
De acuerdo a mi experiencia existen dos tipos de depresión:
- Depresión sin causa aparente.
- Depresión causada por una situación difícil.
Si tu depresión es del segundo tipo, evalúa la situación. Si es una relación sentimental, un trabajo o una relación abusiva, protege tu integridad y establece límites saludables. Pero, hagas lo que hagas, consúltalo con Dios. Él conoce el brillante destino que tiene para ti.
8. Acércate a los que te aman de verdad y sobre todas las cosas acércate a Dios
Es muy importante que identifiques a aquellos que te aman de verdad, aquellas personas en las que puedes confiar porque realmente se preocupan por ti y no te harían daño. En este tiempo vas a necesitar personas que te abracen y oren por ti, que te tomen de la mano y te apoyen para que puedas salir de esta situación y por encima de todas las cosas, vas a necesitar a Dios. Ora con tus palabras. Orar a Dios es como hablar con un amigo, ábrele tu corazón y recibe su ayuda y si nunca lo has hecho y quieres ser parte de la familia de Dios te invito a que hagas la siguiente oración:
Señor Jesús te acepto como mi Señor y salvador. Creo que moriste por mis pecados, que fuiste levantado de los muertos, que vives y oyes mi oración. Sé que mis pecados me separan de ti. Te pido que me perdones y que me envíes a tu Espíritu Santo para ayudarme a obedecerte. Escribe mi nombre en el libro de la vida. Gracias por darme el regalo de la vida eterna .Oro en tu nombre, Padre celestial, Amén.
9. Permanece libre de la depresión
Una vez que hayas recibido sanidad, no te alejes de Dios. Él es el escudo que protegerá tu mente de futuros ataques y le dará sentido a tu vida.