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Desenmascarando la depresión

Conozco muy bien la depresión. La sufrí durante muchos años, y por eso quiero hablarte de algunas cosas que descubrí en ese tiempo.

La depresión se manifiesta como una voz en nuestra mente que suplanta nuestra propia voz y nos hace ver la vida totalmente gris, incluso en los días soleados. Nos bombardea con pensamientos negativos que nos acorralan y nos hacen creer que no valemos nada, que nuestra vida no tiene esperanza ni sentido. La depresión es un enemigo cuya misión es acabar con nosotros, pero no puede lograrlo si entendemos algunas verdades.

Por más que la depresión intente convencernos de que estamos solos en este mundo, la verdad es que no lo estamos. No lo estuvimos ayer, no lo estamos hoy y no lo estaremos mañana.

Herramientas para salir de la depresión

1. Lee versículos de la Biblia

Durante uno de mis episodios de depresión, recordé que muchas veces había escuchado que la Palabra de Dios tiene poder. Entonces hice una lista de versículos y comencé a leerla de camino al trabajo. La verdad es que, al principio, no creía mucho en lo que leía (efecto de la depresión). Sin embargo, lo hice porque estaba desesperada y quería intentarlo. La leí en voz alta durante cinco días y, al quinto día, sentí un gran alivio. Fue como si alguien estuviera sujetando mis hombros con fuerza y, de repente, me soltara. En ese momento, por fin, la depresión me abandonó.

2. Escucha música de alabanza

Cuando estamos en periodos de depresión, el ambiente se vuelve tenso y pesado. He notado que esto cambia cuando ponemos música de alabanza. Aunque no creas que funciona, pruébalo. Verás la diferencia.

3. Duda de lo que estás pensando

No todo lo que pensamos es verdad. Para combatir la depresión, debemos aferrarnos a pensamientos verdaderos y a todo lo que es bueno.

Voy a compartirte mi experiencia. En una ocasión, trabajaba en una empresa donde me sentía menospreciada, y el ambiente era bastante hostil. Sin embargo, allí podía hablar con otras personas acerca de Dios, y eso era algo bueno para mí.

Recuerdo que una tarde, al salir de la oficina, escuché una voz en mi mente que decía: “Yo debería morirme.” Fue un pensamiento extraño, porque no tenía nada que ver con lo que estaba pensando en ese momento. Inmediatamente reconocí que ese pensamiento no venía de mí. Entonces enfrenté al enemigo y dije:

“Mira, Satanás, yo no voy a suicidarme. Si la vida en este mundo es difícil, no me importa, porque sé que un día esto se acabará y me encontraré con Dios. Y eso es lo que realmente quiero.”

Te cuento esto para demostrarte que no todos los pensamientos que tienes son reales. No todo lo que piensas proviene realmente de ti. Piensa en lo correcto.

4. Aprende acerca de tu identidad en Dios

Uno de los factores que nos hace vulnerables a la depresión es no conocer nuestra identidad. Durante los primeros años de vida, y hasta la adultez, solemos darle demasiada importancia a lo que los demás piensan de nosotros. Las palabras hirientes y las etiquetas que nos ponen pueden convertirse, sin quererlo, en parte de nuestra identidad y herirnos profundamente.

Es fundamental conocer nuestra verdadera identidad. Solo Aquel que nos creó puede decirnos quiénes somos realmente.

5. Busca servir a los demás

La depresión nos hace enfocarnos obsesivamente en nosotros mismos y en nuestras circunstancias. Puedo decirte con confianza que una gran parte de mi sanidad llegó cuando decidí servir en mi iglesia. Durante ocho años, formé parte de un grupo de servicio donde encontré personas que realmente me amaban. Juntos compartíamos luchas, dificultades y un profundo sentido de empatía.

Puedes servir en una iglesia, una fundación, una ONG, o donde Dios te guíe.

6. Busca sanar

Comencé a ver muchas prédicas en YouTube sobre sanidad, a leer libros y a buscar herramientas para sanar. También asistí a una iglesia y a encuentros de sanidad. En ese proceso, me di cuenta de que tenía heridas abiertas y necesitaba perdonar.

Para esto último, te recomiendo buscar un consejero en una iglesia y/o un psicólogo. La guía de un experto es clave para avanzar y sanar.

7. Toma decisiones

De acuerdo a mi experiencia existen dos tipos de depresión:

  1. Depresión sin causa aparente.
  2. Depresión causada por una situación difícil.

Si tu depresión es del segundo tipo, evalúa la situación. Si es una relación sentimental, un trabajo o una relación abusiva, protege tu integridad y establece límites saludables. Pero, hagas lo que hagas, consúltalo con Dios. Él conoce el brillante destino que tiene para ti.

8. Acércate a los que te aman de verdad y sobre todas las cosas acércate a Dios

Es muy importante que identifiques a aquellos que te aman de verdad, aquellas personas en las que puedes confiar porque realmente se preocupan por ti y no te harían daño. En este tiempo vas a necesitar personas que te abracen y oren por ti, que te tomen de la mano y te apoyen para que puedas salir de esta situación y por encima de todas las cosas, vas a necesitar a Dios. Ora con tus palabras. Orar a Dios es como hablar con un amigo, ábrele tu corazón y recibe su ayuda y si nunca lo has hecho y quieres ser parte de la familia de Dios te invito a que hagas la siguiente oración: 

9. Permanece libre de la depresión

Una vez que hayas recibido sanidad, no te alejes de Dios. Él es el escudo que protegerá tu mente de futuros ataques y le dará sentido a tu vida.

Susana C.

info@lighttoheal.com

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