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La respuesta a la oscuridad

Hace algunos meses he estado siguiendo la serie “The Chosen”. Es una serie muy especial que recomiendo a ojos cerrados a cualquier persona que quiera conocer de cerca la relación que Jesús tenía con sus discípulos. Es una producción que te llevará a conocer a un Jesús real y maravilloso, así como a unos discípulos que enfrentaban retos no muy diferentes a los que nosotros enfrentamos hoy en día.

Hace unas semanas, justamente estaba viendo un capítulo en el que los discípulos de Jesús comenzaban a angustiarse al notar que sus interacciones con el pueblo tenían un impacto cada vez más negativo. Las personas se sentían confrontadas por Jesús, y esto no les gustaba ni un poquito.

Me sumergí tanto en este capítulo que llegué a sentir, en parte, la angustia que ellos experimentaban. Reflexioné sobre cómo, en muchos momentos de mi vida, he sentido que mi mundo se llena de oscuridad por diferentes razones: al enfrentar un problema, ante la posibilidad de un diagnóstico negativo de salud, al vivir necesidades en diversas áreas, o al ver las noticias. Tantas situaciones, predicciones y escenarios hacen que pensemos en el futuro de una forma negativa. Entonces, le hablé a Dios y le pregunté: “Dios mío, ¿por qué tanta oscuridad? ¿Por qué tenemos que enfrentarnos todos los días a tantos retos que llenan nuestro corazón de angustia?”

Buscando una respuesta que calmara la densa oscuridad en la que sentía que estaba sumergida, encontré los versículos más bellos en el libro de Juan (1:1-5):

Estos versículos son muy importantes porque responden preguntas profundas acerca de Jesús.

Los primeros versículos hacen referencia a Jesús, quien no fue creado en ningún momento de la historia, sino que existió siempre como miembro de la Trinidad junto a Dios Padre, y quien es Dios. También nos enseñan que todas las cosas fueron creadas por medio de Él. Finalmente, nos revelan el propósito de Jesús en el mundo y la trascendencia de su existencia con palabras maravillosas: “La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a todos.” Este versículo nos muestra que el propósito de Jesús ha sido siempre traer su luz a todos nosotros.

¿El mundo necesita a Jesús?

Es una pregunta filosófica que puede tener dos respuestas, dependiendo de cada uno de nosotros. ¿Necesitamos la luz? En mi caso, creo que mi ser entero respondió esa pregunta cuando, en mis 20s, pasé por una gran depresión. Desde ese momento y en muchos otros de mi vida, mi respuesta es: sí.

Es difícil reconocer el valor de la luz cuando no has estado en la oscuridad. Esto también sucede con las personas que vivimos en países tropicales, donde disfrutamos de un clima variado y vemos el sol con frecuencia. ¿Cómo sería preguntarle a alguien en los países nórdicos qué tanta falta les hace el sol durante los crudos meses de invierno, cuando solo hay oscuridad? Tal vez dirían que encuentran formas de entretenerse, pero, en el fondo, sabrían que siempre están esperando el momento en el que un rayo de sol se asome.

Lo mismo sucede cuando estamos pasando por un momento de oscuridad interior. Anhelamos la llegada del sol. Nos sentimos solos y atrapados en un pozo en el que, por más que intentamos salir, pareciera que nos hundimos más. Sé que hay muchas personas que se identificarán con estos pensamientos: “¿Será mañana el día en que me sienta mejor? ¿Será que mañana por fin no me voy a sentir tan solo?”

Si hoy estás pasando por una situación de oscuridad, quiero decirte que te entiendo perfectamente. También quiero darte una maravillosa noticia: No estás solo. En ese hoyo, en ese problema, en ese sentimiento de soledad o angustia, Jesús está allí a tu lado. Si puedes creerlo en tu corazón, este será el primer paso para salir de esa densa oscuridad porque, como dice su palabra: “La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad jamás podrá apagarla.”

Susana C.

info@lighttoheal.com

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